La iglesia tiene una visión diferente con respecto a la eutanasia, considerando que Dios nos crea a su imagen y semejanza, amándonos y enviándonos a su único hijo que muere por nuestros pecados y salvación, para que todo aquel que crea en el tenga vida eterna. La dignidad es una virtud que nos ofrece Dios a todos los seres humanos por lo tanto se debe preservar.
La iglesia la define como un crimen viéndose como asesinato u homicidio, reiterando que es Dios quien da la vida y por lo tanto solo es él quien la quita. Las esperanza es lo último que se pierde y solo con fe todas nuestras enfermedades pueden ser curadas.
No es legal, ni ética ni moralmente el negarle a un paciente cuidados médicos, medicamentos, suministrarle algún químico para acelerar su muerte, por mucho sufrimiento que la enfermedad le cause. Por lo tanto es ilícito intervenir en la vida de otra persona así ruegue porque le sea provocada su muerte.
La iglesia está totalmente en contra de este acto, asegurando que es un pecado al igual que todos los que están contemplados en las escrituras, donde señala que “no se debe matar”. Todos somos seres humanos y debemos tener los mismos derechos, no por presentar mal formaciones genéticas se debe excluir, si Dios decidió dar vida a todas esas personas se debe respetar y el decidirá hasta cuando estarán vivos.
Rafael Briceño, expresa que nadie tiene derecho de quitarle la vida a nadie, en vez de brindar la eutanasia como opción se debe amar y cuidar la vida de esa persona hasta que el señor decida su final, esto es un pecado puesto que es dios quien nos da y quita la vida.
“nosotros por la experiencia que hemos tenido en el señor, todas estas personas que se encuentran en una condición lastimera, en las personas que se practica la eutanasia sabemos que son las que están sufriendo y que sufren bastante no es una cosa fácil pero nosotros sabemos que hay esperanzas en el señor aun para estas personas que están sufriendo lo que están padeciendo”, argumenta Briceño.
Para poder aplicarse la eutanasia comúnmente se reúnen ciertas características, que sea por voluntad del la persona o familiar que autorice, enfermedades incurables, sufrimiento, por misericordia y humanidad ante la situación. Solo asi se podría aplicar la eutanasia sin que se pueda establecer alguna condena para quien lo ejecute o por lo menos no existan pruebas palpables que lo señalen como un homicida, aunque ante Dios si lo será.
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